miércoles, 17 de septiembre de 2014

La música y el ciego



A la música se llega palpando la realidad,
como el ciego que encuentra,
al andar con los brazos levantados,
un rostro. Y el rostro sonríe 
porque se sabe descubierto.

La sonrisa es lo que llamamos música.

No se toca música: 
se toca la música.

Porque a la música se llega palpando la realidad.
Y no siempre se toca la música,
a veces sólo tocamos cosas que suenan.

Casi siempre.